sábado, 16 de abril de 2011

LA LEY NATURAL APLACA A LOS SIGNOS - SI HABLAMOS DE AMOR

Antes de caer la noche, hablábamos en un mismo idioma.
Ya que los signos fueron adiestrados por el tiempo y mi inexistencia.

¿Pero qué sucedió?

¡Me enamore y empezó el flagelo constante!

Y eso, porque la ley natural de los hombres nunca concibe la idea, menos la existencia de un amor genuino, que siempre es el que sobrepasa al tiempo y las circunstancias.

Los hombres por su desasosiego a lo desconocido y aparente percepción certera de sus hechos, huyen y desprecian la sutileza del alma y las palabras de un corazón que tiene trato directo con las emociones y expresiones.

¡Yo lo sé!

Porque la ley natural me atrapo por muchos años, y al escapar de sus efectos sedantes, sentí la necesidad de ti, de tus besos, que llevan el signo de la ternura con dirección al gobierno de la pasión.

Ahora evito la idea, de usar el habitual paracaídas de los desconfiados y atreverme a pisar en el vacío, solo si tú vuelves a pedírmelo, como antaño.

Pero como en estos segundos, la ley natural te regenta, y mis signos ya no alcanzan tu afecto.

Esperare a que te enamores otra vez de mí, y cuando ello suceda, ya no habrá flagelo, sino una sortija estará  en tu mano y representará el descubrimiento del verdadero amor. Un amor que aborrece la ley natural y se construye a través de signos y nuevas vidas que vendrán.

Te amo aún y tu lo sabes.

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