Estar junto a ti o contemplar tu efigie, me permite confiar en algún destino.
De cualquier forma la existencia de los hombres se basan en la aurora de creencias e ideas.
Creer en la voluntad ajena, conducente a una idea originaria, que se representa en el arte de tu existencia.
Solo hay un contrasentido ante todo ello, y es que las creencias y las ideas viajan lentamente y se consolidan con el paso del tiempo, y tiempo es lo que más ansío y necesito, porque la vida dejo de regalar eternidad en los días, y concentra fugacidad en los segundos.
Y sin el tiempo apropiado, ¿como darte la amplitud de mis palabras con el respiro de un silencio que será para contemplarte?.
Yo pretendo ante tal fatalidad, de que la vida se me va y con ella la posibilidad de retratarte en mis sueños, encontrar la verdad de la vida, y buscar el mundo paralelo, donde todo es para siempre.
Por ello, debo compartir lo mucho que siento por ti, con las demás personas, actuar de acuerdo a los principios que establece Dios, sembrar valores en estos tiempos de indiferencia.
Sé que entenderás, cuando la distancia entre los dos, tenga como fundamento, amparar o escuchar al prójimo, con espíritu franco, y deseos llenos de humildad.
En estos tiempos debemos tener esperanza y compartirlas, no dudemos en entregar nuestros días juntos, por la ventura de los demás. Ese es el secreto de la felicidad en la tierra y hasta nuestra muerte.
Yo creo que en ese mundo paralelo, estaremos los dos, pero esta vez para siempre, con la idea de compartirla con personas que hemos amado siempre y nos acompañaran por siempre.
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