miércoles, 2 de marzo de 2011

COMO EXPLICAR UN MOMENTO SIN CADENAS A MEDIO DÍA

 – ARRIESGANDO -

 
Es difícil pero lo intentare.

En un parque, hace algunos días, en compañía de una amiga y un interesante tema de conversación ( nuestro destino), fuimos parte de las miradas fijas y algo acusadoras, al presenciar muy cerca a nosotros, la perfección de actos y la postura exaltada, que componía una secuencia inexplicable de deseos.

Eran movimientos ondulantes, bajo la brisa de verano, entonces un forcejeo con apariencia de inocencia cautivo la innata intención de la protagonista en arriesgar. Arriesgar y controlar la impaciencia del tiempo, la facilidad de afecto, con la concentración máxima y un absoluto misterio.

Fue entonces que mire a los ojos a mi acompañante, sonreí, y le dije, porque, si es tan fácil manifestar el amor, siempre la gente común, construye barreras tan fuertes con materiales abundantes en paradigmas y titanio.

Entonces la mire nuevamente y la bese, con la intención de ser consecuente con mis emociones.

Aun seguimos siendo amigos, el beso fue un experimento que me permitió aprender a arriesgar y ser sincero conmigo mismo, por lo menos en esta etapa de la vida.

Ahora que pase por aquel parque, de noche como a las 7, con esa iluminación propicia, la extrañe, pero más añore las ganas de arriesgar.

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