– ARRIESGANDO -
Es difícil pero lo intentare.
Eran movimientos ondulantes, bajo la brisa de verano, entonces un forcejeo con apariencia de inocencia cautivo la innata intención de la protagonista en arriesgar. Arriesgar y controlar la impaciencia del tiempo, la facilidad de afecto, con la concentración máxima y un absoluto misterio.
Fue entonces que mire a los ojos a mi acompañante, sonreí, y le dije, porque, si es tan fácil manifestar el amor, siempre la gente común, construye barreras tan fuertes con materiales abundantes en paradigmas y titanio.
Entonces la mire nuevamente y la bese, con la intención de ser consecuente con mis emociones.
Aun seguimos siendo amigos, el beso fue un experimento que me permitió aprender a arriesgar y ser sincero conmigo mismo, por lo menos en esta etapa de la vida.
Ahora que pase por aquel parque, de noche como a las 7, con esa iluminación propicia, la extrañe, pero más añore las ganas de arriesgar.
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