jueves, 27 de enero de 2011

CUANDO DE NOCHE

Si ¡¡¡. Las horas se manifiestan.

En palabras, calles, noches, frases tuyas, y en el eco de un rio, que a escasos metros nos dio la bienvenida, e ilusiono nuestras almas.

La exquisita fragancia de tus labios, y mis dedos que las perseguían, fueron presa de segundos postreros.

La diferencia heredada de la tarde anterior, era ya de fuerza imperceptible. Sentí conocer cada olvido tuyo y el alza imparable de la confianza, alfombraba nuestros actos.



La ciudad de escaso alumbrado, que alborotaba las ideas, y graficábamos todo. El vuelo de las aves, el sonido del viento, tus ojos frente a los míos, tu risa convertida en magia. Entonces ocurría que los minutos eran galopantes, pero se sentía todo tan apacible, como si el mundo estuviese paralizado, para poder intentar y equivocarse las veces que sea posible.


Ya de día, con la razón a mi derecha, vencida elegantemente por la tentación cercana al verdadero amor. Tuvimos que decir adiós, con la seguridad que todo empezaría cada tarde, en aquel verano, de aquel país. Esperame.

Continuara ...

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