miércoles, 26 de enero de 2011

BRENDA SOFIA

Se me advirtió que al mirarte enloquecería.

Pues loco ando; pero porque aun no te he visto.

Las pocas referencias, me las brindan mis secuaces incondicionales, que afirman, llenos de osadía.

Entre ellos, el sol de verano, me describe el brillo de tu cabello, y se queja porque lo opacas a menudo.

El mar bendecido de azul infinito, confiesa, que tus ojos reverberan e inspiran su gama.

El viento, constantemente se deleita al tocar tu piel satinada, con su estilo delicado.

La luna, llena de sutileza, me atrapa con el cuento de tus días en la tierra.

Las estrellas, dispuestas todas a conceder tus deseos, sin importar si son inagotables como el universo, motivan mi encuentro.

El tiempo, que estuvo dispuesto a detenerse, simplemente desistió, porque tiene la seguridad, que aún con longevidad, tu hermosura perdurará.

La tierra, desestima al presunto paraíso, y es que tu ser, le da valimiento.

La velada no termina, y mis secuaces te retratan en palabras.

Yo cautivado por la reseña, me concentro y encuentro tu nombre cual tesoro.

Es Brenda Sofía. La mujer que provocara mi vesania.

E inevitablemente proporcionara regodeo.

Inicio entonces mi firme búsqueda.

Desguarnecido, pero con fe y aun con sano juicio.

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