sábado, 4 de diciembre de 2010

REGRESO A CASA - DESORIENTADO POR UN SEGUNDO Y MEDIO

Hoy es la última vez que amo y escribo con este sentimiento de confusión.


Llego la hora de enfrentar los pecados y así calmar la lucha de mis verdades.

Si pensaste en utilizar mis emociones para afanes propios.

No hay nada más imposible, pues me di cuenta de tus primeras fascinaciones.

No volveré a caer en tu doble discurso, en esa elocuencia que se desgasta con tus evidentes intenciones, y que sin pudor se representan en desviaciones morales que son tan innatas en ti, como innecesarias en mi.

Parado en aquella esquina, con un escenario acorde, sin reflejo de luz, es la imagen que se borrara de tu mente, pues hoy desperté de tanta desfachatez.

No será posible entender ya tus dichos cortesanos, a menos que en ellos haya conciencia y escaza intención de utilizar a los demás.

Respiro hondo, porque estoy en casa, llegue luego de mucho pesar, y conocer aquella monumental astucia que jamás me atrapará.

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